lunes, 25 de julio de 2011

8ª Etapa. Astorga - Ponferrada



La Cruz de Ferro supone nuestro primer contacto con la «alta montaña», en esta etapa deliberadamente corta (apenas 55 km, con el objetivo de reservar fuerzas antes de afrontar mañana la etapa reina del Camino, marcada por las exigentes pendientes de O Cebreiro).

Dejamos así la emblemática ciudad de Astorga a través de sus nobles murallas. Con el punto de mira en los Montes de León, el Camino Francés se interna por la Maragatería, comarca habitada en su día por arrieros.

Bajamos suavemente hasta la altura de Valdeviejas, donde se encuentra la ermita del Ecce Homo, construcción del siglo XVIII, restaurada completamente en 2007. Un andadero al pie de la LE-142 nos conduce, tras salvar el cauce del río Jerga, hasta Murias de Rechivaldo.

Ascendiendo de forma muy tendida, llegamos a Santa Catalina de Somoza, que atravesamos por la calle Real (coincidente, como en muchos otros pueblos, con la sirga peregrinal). A la salida, recuperamos el andadero que, de nuevo en un ascenso casi imperceptible, nos acerca hasta la población de El Ganso. Aquí nos aguarda el mismo guión: la monotonía del andadero (que se estrecha en algunos tramos y obliga a continuar sobre el asfalto).

Desde Astorga hasta Rabanal del Camino habremos ascendido unos 280 metros de altitud en 20 km, una subida muy tendida y casi imperceptible. Desde Rabanal a Foncebadón, subiremos otros 280 metros en apenas 5 kilómetros, un ascenso menos llevadero pero nada exigente.

En bicicleta, las guías recomiendan hacer la subida a Foncebadón enteramente por el asfalto de la carretera LE-142.

El Camino Francés llega a su techo junto a la Cruz de Ferro, clavada sobre un montículo de piedras a 1.500 metros de altitud. De espaldas a la cruz, es tradición arrojar una piedra al montón ya levantado. En apenas 2,3 km después de la Cruz de Ferro, nos plantamos en el refugio templario de Manjarín, el albergue más peculiar del Camino.

Aquí se retomaría la senda paralela a la LE-142. Pero la senda es pedregosa y en fuerte pendiente, por lo que [en bicicleta] se recomienda tomar la carretera desde Foncebadón y circular por ella (al menos, hasta Molinaseca, donde los ciclistas ya podremos retomar la señalización oficial hasta Ponferrada).

Un kilómetro después de la base militar comienza realmente el descenso de Transmisiones, con vistas a Ponferrada (desde la distancia, se distingue en ella una mancha negra que se corresponde con la torre de la Rosaleda, de más de 100 metros).

El Santuario de la Virgen de las Angustias, de finales del XVII, cede el paso al puente medieval sobre el río Meruelo, por el que entramos en Molinaseca.

Dejamos la compañía de la carretera tras una pista de tenis y tomamos un camino que progresa cerca del río Meruelo y que, más adelante, se va acercando a la carretera. Una pista con algún tobogán, molesto a estas alturas de etapa, conduce hasta Campo.

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